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LOS GRANDES DESAFÍOS GLOBALES DEL S.XXI:      
   ¿CÓMO AFRONTARLOS?

Mapa Desigualdad global.Índice de Gini, 2013. Fuente: http://www.weforum.org/agenda/2015/11/5-maps-on-the-state-of-global-inequality [consulta: 21 de mayo de 2017].

Según datos del Banco Mundial, y solo a modo de ejemplo, en la actualidad existen en el mundo:

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       - 795 millones de personas que pasan hambre.
 

       - 750 millones de personas que no tienen acceso a agua potable.
 

       - 400 millones de personas sin acceso a servicios básicos de salud.
 

       - 1.2 billones de personas sin acceso a electricidad.

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Todas ellas son cifras INTOLERABLES  en un mundo que produce riqueza financiera cinco veces superior a su propio PIB mundial. Por este motivo, los esfuerzos deben ir dirigidos a analizar los factores de influencia globales para paliar definitivamente estas desigualdades ya que, económicamente, resolverlas, es algo factible y al alcance de la voluntad política de nuestras élites.

Los elementos a sopesar para diseñar políticas públicas orientadas a corregir los desequilibrios tanto europeos como mundiales, son:

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A)                      La aceleración del tiempo histórico

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Es una de las leyes de mutación de los sistemas jurídicos, que esbozó hace décadas el profesor Pérez-Prendes y que en la actualidad se aprecia de forma clara: la “ley de aceleración de las mutaciones”, por la cual hay una progresiva aceleración del ritmo de la mutación histórico-jurídica, consecuencia del desarrollo tecnológico, de la modernización material de los medios de información social, de la emulación entre las comunidades políticas, etc.[1], Por lo tanto, cualquier cuestión hoy, es historia mañana.

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B)                       El desequilibrio demográfico global

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En los últimos sesenta años la población de la Tierra se ha triplicado y para el 2050 alcanzará los nueve mil millones de personas. En el mismo periodo el PIB mundial se ha multiplicado por once. La densidad de la población mundial según las regiones está muy desequilibrada por una combinación de factores económicos, climáticos y geográficos. Así mismo, el envejecimiento de la humanidad es una tendencia mundial. Dentro de cuarenta años, el número de personas mayores de sesenta años, superará el número de personas menores de quince. La baja natalidad y el envejecimiento en muchos países provocan problemas en el mercado de trabajo y en los sistemas de seguridad social. Al mismo tiempo se generan oleadas migratorias y dudas sobre la capacidad de redistribución de recursos por sobre-población de algunas áreas.

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C)                       La amenaza a la seguridad alimenticia global

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El alto ritmo de crecimiento de la población mundial agudiza sensiblemente el problema, aunque el porcentaje de pobreza global continúe su continua caída en términos absolutos.

 

D)                      El déficit grave de agua

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En los últimos sesenta años el consumo de agua potable se ha multiplicado por ocho. El agua es un recurso limitado y se está convirtiendo en un importante factor geopolítico.

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E)                       La seguridad energética global

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Todos los países incrementan sus inversiones en energías renovables que para el año 20150 se prevé que pueda representar el 50% de toda la energía utilizada.

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F)                       El agotamiento de los recursos naturales

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Hay controversia entre los expertos en este punto. La respuesta seguramente esté en la optimización mediante la investigación científica de los mismos. Y en la búsqueda constante de soluciones disruptivas.

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G)                      Una nueva revolución industrial

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Los descubrimientos tecnológicos marcan el paso del desarrollo. La nanotecnología, la robótica o la medicina regenerativa, transformarán el medioambiente y al mismo ser humano.

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H)                      La creciente inestabilidad social a causa de la desigualdad

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La seguridad y la estabilidad son cuestiones de primera importancia para el futuro. Existe una marcada desigualdad tanto a nivel global como intracontinental, más reducida en el mundo occidental y muy acentuada en Asia, África y Latinoamérica.

 

I)                         La crisis de los valores y principios de nuestra civilización

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Se hace preceptivo a escala global, a pesar de las dificultades que afronta, el reforzamiento de los valores democráticos y de libre mercado. La amenaza de una nueva desestabilización mundial como la provocada por la crisis financiera del 2008 sigue presente. La combinación de los avances de la ciencia y del conocimiento, la movilidad y los conflictos de las estructuras humanas y de las sociedades que las conforman, unidos a los desequilibrios ecológicos derivados del agresivo crecimiento económico y nuclear, junto con  los cambios climáticos derivados, pueden marcar una  tendencia futura a corto y medio plazo. Además, la imprevisibilidad de otros factores exógenos, derivados de fenómenos naturales o planetarios, puede incidir determinantemente en el futuro de nuestro planeta.

En este sentido y comenzando por las previsiones objetivas endógenas a los procesos sociales, científicos, ecológicos y económicos que se están vigentes o en desarrollo actualmente podemos citar cinco áreas principales de combinación de elementos:

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A) Factores sociales

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a) El fuerte y explosivo crecimiento demográfico de los países menos desarrollados en contraste con la longevidad y crecimiento económico de los últimos años de los países más desarrollados desequilibrará, progresivamente o radicalmente, las estructuras sociales actuales como ya lo está haciendo en Europa.

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b) Las tensiones y rupturas violentas de estructuras políticas, sociales junto con marcos religiosos y culturales de numerosas regiones, provocan fuertes presiones migratorias y conflictos inter civilizaciones. Se mezclan aquí factores étnicos, religiosos o culturales desconocidos en los últimos siglos, que podrían modificar las estructuras políticas, sociales, culturales o religiosas   actualmente vigentes. (Véase la ilustración 34).

 

c) Los marcos geopolíticos y administrativos de las naciones o estructuras    soberanas actuales, con el aumento de los conflictos violentos e incontrolados que afectaran a los modelos de crecimiento actuales.

 

d) Por el creciente aumento del desempleo, debido a los avances en la automatización y robotización industrial y que podría alcanzar cifras tan elevadas que marcarían la precarización laboral a niveles globales y en consecuencia la pobreza y exclusión social, con sus secuelas de tensiones y conflictos derivados. Destacan las altas tasas de desempleo en África, en medioriente y en España.  (Véase la ilustración 31).

 

B) Factores científicos

 

a) El siglo XXI estará marcado por el desarrollo aero-espacial, (como lo fue el siglo XVI por los descubrimientos ultramarinos), con la Luna y Marte como primeros objetivos y posibles contactos extra-galácticos, con consecuencias inimaginables.

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b) Los avances en electrónica, comunicaciones, robótica que aumentaran los niveles de producción a costa del factor humano.

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c) Los avances en la sanidad y la aparición de la geomedicina basada en la genética y sus derivadas con la aparición de nuevos fármacos y posibilidades de manipulación de las características humanas, mejorando la eficiencia de la medicina clásica, aumentando la longevidad de las personas y sus estructuras biológicas.

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d) La progresiva sustitución de las energías actuales derivadas del petróleo o de la fisión nuclear por nuevas energías más limpias y rentables (como ha sucedido en el pasado siglo con el carbón), o derivadas  de nuevos procesos de transformación de energías cuánticas, magnéticas o medio ambientales mejorando la reconversión solar.

 

e) El progresivo aumento del avance en los cultivos transgénicos y los procesos de alimentación sintética e industrial, hasta prácticamente la marginalización de los cultivos y producción agraria y proteínica cárnicas naturales.

 

f) Mini unidades personales integradas, de comunicación, identificación, datos e información incorporadas en el ámbito de la Information Technology. Con los consecuentes riesgos de "datificación" y control de la sociedad.

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C) Factores ecológicos

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El progresivo deterioro del equilibrio ecológico y aumento de los desequilibrios  medio ambientales, bien sea por causa de la agresiva contaminación de los vertidos y efluentes sólidos, líquidos y gaseosos tanto en el aire como en el medio marino, bien sea por las perturbaciones de los ciclos solares,  que han roto el equilibrio natural de regeneración, por los vertidos industriales , urbanos y fertilizantes químicos, provocará en los próximos años la desaparición de entornos naturales, acuíferos  y  marítimos,  ampliando la desertización de amplias áreas en África, en Asia  y en el área mediterránea, con secuelas multi-migratorias.

 

D) Factores económicos

Analizando la  ilustración 34 se observa la tendencia a un crecimiento exponencial de las potencias emergentes, en especial China e India, pero siguen siendo fundamentales las economías de avanzadas, en la disminución de las desigualdades y en la creación de riqueza.

 

a) Desaparición del sistema financiero surgido de Breton Woods.  Utilización de monedas virtuales y de centro/s de regulación compensatorios globales, en base a una moneda global.

 

b) Sustitución de los Bancos Centrales por Unidades de cuenta y depósito. Valor integrado en las mini unidades personales de identificación, control y comunicación.

 

c) En el orden estructural, por un lado un aumento de la globalización de los grandes centros económicos financieros.

 

d) Fuerte automatización y robotización de los centros de producción industrial y concentración de los mismos, con niveles de empleo reducido.

 

e) Fuerte aumento de los servicios a todos los niveles que serán los generadores de empleo más importantes.

 

 

E) Gobernabilidad y Multilateralidad

 

Nuestro trabajo se ha centrado principalmente en estos aspectos, por lo que aquí solo los nombraremos. Algunos elementos a tener en cuenta antes de desarrollar nuestra propuesta son también la posibilidad de tender hacia un:

 

-         Fuerte aumento de los conflictos locales y de la inseguridad ciudadana

 

-         Aumento de la violencia por motivos nacionales, étnicos, religiosos o discriminación social o laboral.

 

-         Aumento de la multilateralidad

 

-         Posibilidades de algún conflicto Global con consecuencias imprevisibles.

 

En base a los datos aportados, es razonablemente alcanzable eliminar la pobreza mundial en un futuro no muy lejano. Así mismo, la reducción de la desigualdad debe ser el sin duda el objetivo inmediato.

[1] José Manuel Pérez-Prendes Muñoz-Arraco, Historia del Derecho español, vol. I, ed. cit., p. 127.

[2] Araceli Mangas, “Europa al rescate del Reino Unido”, El País, 22-2-2016: http://elpais.com/‌elpais/ 2016/‌02/‌20/‌opinion/‌1455986542_394139.‌html [consulta: 22-2-2016].

Globalización y Cosmopolítica

Como Beck, uno de los estudiosos más lúcidos de la globalización, reconoce: «No existe alternativa nacional a la globalización». Su argumentación tiene que ver con el hecho que «el monopolio de la violencia estatal se ha acabado, como otros monopolios». Es decir, los Estados nacionales impermeables soñados en el siglo xix y que casi se convirtieron en una realidad con las políticas keynesianas de mediados del siglo xx han sufrido hoy notables cambios[1]. Los Estados son todos y cada uno, interdependientes entre sí. Incluso el Estado más autarquico del mundo, seguramente Corea del Norte, está influenciado de alguna manera por el resto.

 

Los países más insertos en la globalización –en los que los flujos de comercio internacional tienden a crecer más rápidamente– obtienen mejores resultados en cuanto a inflación y empleo, que los menos abiertos. Pero, por si esto no fuera suficiente, nada asegura desde el punto de vista lógico que un Estado abstraído de la globalización pueda garantizar empleo y riqueza. 

 

Hay que partir desde la premisa de Beck, que no ve alternativa a la globalización y buscar respuestas para paliar los perjucios que esta podría infligir a “los excluídos”: generalmente mano de obra no especializada de países desarrollados, que pierden su trabajo a manos de sus iguales en países emergentes o en vía de desarrollo.

 

Los mitos de lo que Ulrich Beck llamaría el «globalismo» son compartidos por la mayoría de los economistas porque la matriz filosófica de la que provienen resalta aspectos de la realidad relacionados con el libre intercambio y el interés material propio[4].

 

Ante la necesidad y perspectiva de una política y gobierno mundiales, es necesario plantearse qué modelo o teoría política sería la adecuada para poder desarrollar semejante tarea. Pero además es fundamental reflexionar sobre los pilares, los principios y los valores sobre los que debe descansar el complejo entramado filosófico, jurídico, político e institucional que se vislumbra como hoja de ruta para lograr el objetivo.

 

El Profesor John Bunzl[5], declara que la problemática de la gobernanza mundial se está colocando rápidamente en las primeras líneas de la agenda política internacional mientras que problemas globales tales como la pobreza, el calentamiento del planeta, la contaminación, el terrorismo y un poder corporativo sin límites sobrepasan cada vez más la capacidad de las instituciones de gobernanza nacionales e internacionales para resolverlos. En su obra, Bunzl señala que tanto el proceso de mundialización como la evolución de un sistema obligatorio de gobernanza mundial son partes naturales de la evolución humana. Por otro lado, el Presidente de Francia, François Hollande, propuso, antes de la Cumbre Contra el Cambio Climático COP21 de finales de 2015, que se redactara una Declaración de los Derechos de la Humanidad, en la línea y como complemento de la Declaración de los Derechos Humanos, promulgada por la ONU en 1948.

Según Hollande, hay que reconocer por escrito el derecho de todos los habitantes de la Tierra a vivir en un mundo cuyo futuro no se vea comprometido por la irresponsabilidad del presente.

 

La importancia de esta toma de postura de un líder europeo es relevante por tres motivos fundamentales, descritos por el filósofo francés Yves-Charles Zarka[6].

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-         El primero se refiere al carácter universal de la Declaración. Definir los principios comunes de la humanidad, sin negar la diversidad, pero si superándola. Los principios deben transcender la relatividad y deben estar fundamentados en la razón. Es decir, no podrán desafiarse sin negar el concepto mismo de Humanidad. En resumen, serán solo aquellos principios que busquen el interés realmente común.

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-         El segundo es relativo a la toma de conciencia de los retos que afectan a toda la Humanidad y a su destino común. Son aquellos que afectan a la Tierra, no solo como planeta habitado, si no como archivo viviente de nuestra historia y de los cambios, climáticos, económicos, sociales y políticos, que provocamos en ella.

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-         El tercero deriva de la necesidad de aclarar el concepto mismo de Humanidad, que se define, no por la identidad de los seres humanos, si no justamente por lo contrario, por la diversidad de todos y cada uno de ellos, por su unicidad.

 

Estos tres factores, íntimamente ligados entre ellos, permitirían acceder a la toma de conciencia política que trasciende la política y se transforma en Meta-Política, o Cosmopolítica[7].

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La Cosmopolítica no implica la negación de la política estatal como se entiende hasta ahora, si no la búsqueda y la puesta en marcha de una nueva dimensión, supraestatal, que deberá regular aquellos principios y valores. Y qué son la ONU o la UE o el G-20, si no las plataformas de lanzamiento de la Cosmopolítica?

 

Se deberán mejorar sus estructuras, corregir sus fallos, implementar sus capacidades, pero su fin último es y será, mejorar la gestión y la administración del planeta Tierra. Racionalizar sus políticas, evitar las duplicidades y fomentar el reformismo y el control de sus instituciones, que forman el complejo entramado multinivel de las organizaciones nacionales y supranacionales.

 

Según Zarka, del mismo modo que ya algunas constituciones nacionales, en su preámbulo, incluyen la Declaración de los Derechos Humanos, esta nueva declaración podrían inscribirse en los preámbulos de las cartas magnas para subrayar la importancia de la misma. Es evidente que con la mera redacción de esta declaración no se resuelven ni superan las tensiones que puedan plantear las políticas a nivel estatal, o los grupos de presión en defensa de sus propios intereses. Estas realidades seguirán existiendo. Pero adoptar y describir un horizonte común, y proporcionar normas o principios comunes para orientar acciones futuras, en una hoja de ruta de máximos a los cuales aspirar, empieza a ser cada día más inevitable para proteger la Tierra-suelo, del mismo modo que la Declaración de los Derechos Humanos, protege los derechos del hombre-individuo. Del mismo modo que por desgracia existen aún millones de individuos que sufren la violación de sus derechos fundamentales, y esto no invalida la vigencia de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, promulgar la Carta de los Derechos de la Humanidad, ayudaría a dar impulso a los mismos, aún sin resolver utópicamente todos los problemas. En todo caso elevaría la conciencia de la humanidad misma, hecho ya de por sí positivo y acorde con una sociedad civil cada vez más activa y partícipe. Zarka reduce a dos, los principios fundamentales a tener en cuenta a la hora de redactarla. El primero sería la Inapropiabilidad de la Tierra y el segundo, la Responsabilidad para con la Humanidad, de cada individuo.

 

En ningún caso se elimina la base de cualquier sistema democrático, el derecho a la propiedad privada, pero de algún modo, y como rige ya actualmente, sí se limita la sobreexplotación. Habría que resolver aquí un problema a nivel nacional. En Estados Unidos, por ejemplo, el propietario de un terreno lo es también de su subsuelo, cosa que no sucede por ejemplo en Europa, donde el propietario del subsuelo es el Estado. En cuanto a la responsabilidad para con la humanidad de cada individuo, no solo se refiere respecto a otros seres humanos o colectivos, si no a la totalidad del mundo viviente. Se trata de una responsabilidad moral y cuasi-jurídica, incluida en las constituciones nacionales, y articulada en derechos y deberes cosmopolíticos.

 

El riesgo a evitar en este caso, es la utilización populista de los textos constitucionales, como en determinados países de América Latina, donde la redacción de cartas magnas muy extensas, plagadas de referencias ideológicas, rupturistas o revanchistas, bajo la reivindicación de la propiedad sobre el territorio o la revisión histórica, generan cambios constantes en los textos, debilidad institucional, manipulación de las masas e inseguridad jurídica.

 

Como afirma Hayek, “La Constitución es lo que aparcamos del debate político”[8]. El texto constitucional recoge las leyes o reglas del juego, y si estas se cuestionan, no hay juego. En esta premisa se basa el Estado liberal o constitucional, en el que se han institucionalizado los mecanismos de control del poder y las garantías de igualdad civil ante la ley. Lo que en derecho anglosajón se definen como Checks&Balances.

 

La experiencia y las historia nos demuestran que las democracias se consolidan cuando previamente en la sociedad ya han arraigado principios liberales o instituciones de orden espontáneo (recordemos que para Hayek las sociedades se desarrollan según un orden abstracto y espontáneo de libre mercado y competencia, definido catalaxís, es decir: reconocimiento de la propiedad privada por un lado, y marco de seguridad jurídica ofrecida por el Estado como árbitro, por otro[9]). La democracia liberal o constitucional tiene como objetivo la búsqueda de la paz, de la justicia y de la libertad, reduciendo al máximo posible la intervención del Estado.

 

En contraste con las extensas y fácilmente reformables constituciones latinoamericanas citadas, es relevante mencionar, a refuerzo de nuestra tesis sobre la necesidad de un fortalecimiento social e institucional previo, que contribuya al arraigo de la misma, la Constitución de Estados Unidos de 1787, que tras más de dos siglos de vigencia, nunca ha sido cuestionada y sus reformas han sido mínimas. De todo ello se deduce que los países son más estables según respeten y cambien más o menos su Constitución.

 

Una vez más encontramos un argumento en contra de los movimientos populistas, nacionalistas o radicales, siempre dispuestos a poner en duda la legitimidad de la Constitución vigente y deseosos de abrir procesos constituyentes, que como sucede en determinados países latinoamericanos, acaban por perpetuar en el poder opciones antipolíticas y antidemocráticas. Estos movimientos acceden al poder en nombre de la democracia, para corromperla mediante la eliminación de la separación de poderes.

 

En el ámbito europeo, el intento fallido de dar una Constitución a la Unión Europea[10], denota justamente la falta de arraigo de una conciencia común, aunque puede definirse como un problema transitorio, porque aunque Europa no debe transformarse en los Estados Unidos de Europa, debe avanzar en el proceso de construcción de su arquitectura institucional. De momento se puede definir Europa como una federación jurídica y una confederación política, que va superando paso a paso dificultades de toda índole, y reforzando su sistema de constitucionalismo multinivel[11].

 

En esta era postmoderna y postwestfaliana, de creciente erosión del marco estatal, la búsqueda de modelos políticos democráticos, participativos, globales y a la vez respetuosos con la diversidad de las partes integrantes tendrá una referencia primordial e inexcusable en el federalismo. Existen algunos países federalistas, o «cuasifederalistas», que sirven como ejemplo de estas particularidades. Suiza, Alemania, Estados Unidos, pero también Italia o España, reflejan tal realidad.

[1] Ulrich Beck, ¿Qué es la globalización?: falacias del globalismo, respuestas a la globalización. Barcelona: Paidós, 2004.

[2] Geoffrey Garret, Partisan politics in the global economy. New York: University Press, 1998.

[3] Carles Boix y Susan C. Stokes. "Endogenous democratization", World politics 55.04, 2003, pp. 517-549.

[4] Ulrich Beck, ¿Qué es la globalización? Barcelona: Paidós, 2004.

[5] John Bunzl, Una gobernanza mundial centrada en los humanos: ¡Hacer que se logre!, 2005. www.world-governance.org,  2005 [consulta: 12 de mayo de 2012].

[6] Yves-Charles Zarka, “Una declaración de los Derechos de la Humanidad”. En: El Cronista del Estado social y democrático de Derecho, nº56, 2015, pp.32-35.

[7] Ibidem, pp.32-35.

[8] Friedrich August Hayek. Camino de servidumbre. Vol. 2. Madrid: Alianza, 1990.

[9] Friederich August Hayek, Peter G. Klein, y Jesús Huerta De Soto, Las vicisitudes del liberalismo: ensayos sobre economía austriaca y el ideal de libertad. Madrid: Unión Editorial, 1996.

[10] En este sentido de necesidad de una Constitución europea y las dificultades de su carencia, se ha pronunciado también recientemente José Manuel Pérez-Prendes Muñoz-Arraco, “Argüelles o la radicalidad constitucional”, El cronista del Estado Social y Democrático de Derecho, 56, noviembre de 2015, pp. 4-13.

[11] José María de Areilza, Intervención en el Instituto Atlántico de Gobierno, 13 de Enero de 2016.

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